"Que se suban a este tren musical". Así invitaba David Bisbal a los fans que llenaban el Teatro Buero Vallejo de Guadalajaraa participar en su concierto. Estaban deseando que saliera y le recibieron con un calurosísimo aplauso y múltiples piropos. Muy simpático, saludaba y agradecía las sinceras muestras de afecto que le didacaban.
Gusta.
Entre una neblina de humo que había sido preparada con antelación, comenzó el concierto Juan Sánchez a la guitarra. Cada vez que había un mínimo cambio de ritmo, las mujeres aplaudían y gritaban emocionadas, imaginando que David Bisbal iba a salir. A la tercera fue la definitiva.
No se le pudo recibir de forma más intensa, emocionada y vibrante. Sin preámbulos, comenzaba a cantar y no saludó hasta después.
Estuvo cercano y cariñoso, haciendo guiños a Guadalajara en su primer tema "Almería". Luego, saludó a los asistentes, explicó cómo iba a ser el concierto e hizo un par de bromas que todo el mundo recibió con risas y aplausos.
La escenografía que acompaña esta gira acústica es elegante y luminosa, con cortinajes violetas, y lámparas de araña que convierten el escenario en una suerte de teatro de principios de siglo XX. Los músicos que acompañan al cantante se distribuyen por el espacio: piano, batería, vientos, guitarras... Y Bisbal ocupándolo todo con su sobria presencia (traje negro, camisa blanca), que no requiere de mucho más que su voz, sus gestos y unos cuantos pases de baile, que no por conocidos, dejan de encantar a sus seguidores.
Además de una cuidada selección de sus temas más populares, incluía en el repertorio temas de otros compositores, todos tremendamente románticos, como el que elegía de Alberto Cortez, compositor argentino, para la década de 1960, "En un rincón del alma" que es capaz de rendir a cualquiera.
Fuente: Guadaque
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